Marta y Javi son de esas personas que han nacido para estar juntas. Son divertidos, cariñosos, guapos a rabiar e irradian felicidad por los cuatro costados. Ambos son puro corazón.
Javi era un manojo de nervios. La noche anterior se alojó en el Hotel Twist, en Torredonjimeno, pueblo natal de la novia, para cumplir con la tradición de dormir por separado la noche de la boda. Cuando llegamos a la habitación Javi era un manojo de nervios, acompañado de su madre y de su mejor amigo de la infancia quienes le ayudaron a vestirse, un diseño de Ramón Sanjurgo comprado en la tienda El Taller de Regina de Alcalá la Real, Jaén. Su peluquero Ofis Barber, el de siempre, Javi no se deja tocar el pelo por cualquiera jeje.
Marta nos esperaba en su casa mucho más tranquila, acompañada de su familia y su pequeño Dylan, quien no quiso perderse ni un solo momento de los preparativos de su madre regalándonos momentos únicos durante todo el día de Boda. Con un diseño de Studio San Patrick, También comprado en El Taller de Regina, donde la madre de la novia escogió un elegante Aire Barcelona y el padrino hizo doblete de firma con el novio. Velo y el tocado de la novia elaborado a la medida especialmente para la novia en el propio Taller de Regina.
Marta mantuvo toda su templanza incluso en los momentos más emotivos, porque como dice ella “Me puede más lo presumida” y no iba a permitir que se estropease su perfecto maquillaje de Heroca Estilistas, pero nadie puede negar que, igual que Javi, Marta es puro corazón.
Llega el momento de salir, Javi primero, del brazo de su madre, la Madrina se dirijen al Hotel HO ciudad de Jaén donde se haría la celebración de la ceremonia civil. Allí espera el grupo de flamenco Juan Jesús Flameco Fusión, dedicando una emotiva canción a madre e hijo.
Marta no tardó en llegar, expectantes esperaban los invitados y las damas de honor vestidas todas ellas de un color turquesa. Era un 31 de Agosto y en pleno Jaén podrían estar cayendo unos 40 grados, pero la alegría y una ceremonia corta e intensa que nos conmovió a todos nos hizo olvidar el calor, una ceremonia en la que se intercalaban las risas y las lágrimas con las palabras de los amigos y familiares.
La perfecta organización del Hotel nos trasladó rápidamente a una sala climatizada para la celebración del coctel.
y de allí nos trasladamos a uno de los numerosos salones para el banquete, donde la amplitud, iluminación y las geometrías del techo, eran perfectas para la fotografía y disfrutar de un banquete bueno y relajado.
La boda transcurrió entre emoción, diversión, regalos para las madres, sorpresas de los invitados, mucho flamenco y baile hasta la madrugada, donde las últimas escenas nos las regala el pequeño Dylan, abatido en uno de los sofás tras más de 20 horas de celebración, creo que una perfecta imagen para despedirnos de esta gran boda.